«En el aeropuerto de Madrid, un abigarrado grupo de cineastas (la mayoría españoles), actores y actrices, periodistas y cooperantes cargaba la enorme pila de material, entre la que se encontraban 21 largometrajes de ficción, todos en 35 mm, y que conformaban lo que iba ser el corazón del festival». Así describía en The Guardian en 2003 el guionista Paul Laverty lo que vivía en primera persona en el seno de la expedición que partiría al campamento de refugiadxs de Smara, en el desierto argelino del Sáhara. Un 20 de noviembre de 2003 arrancaba la I edición del Festival Internacional de Cine del Sáhara, FiSahara. (en la foto superior, proyección de Sweet Sixteen en la Pantalla del Desierto – Joss)

Retoques en la Pantalla del Desierto (Iker Amas)

Arrancamos esta retrospectiva de FiSahara apoyándonos en el relato de Laverty. «Llegamos bien entrada la noche. No se veía ni una sola luz en ese asentamiento que reunía a más de 40.000 almas.  Con la ayuda de una linterna, nos guiaron apresuradamente hasta un recinto amurallado de adobe, y ahí empezó el caos. A primera vista, puede parecer fácil dividir en grupos de 5 a 250 personas para luego asignar cada grupo a una familia saharaui. Pues no. […] Un niño de unos 9 años me cogió de la mano con firmeza  y todos (un escocés, un inglés, un vasco y dos peruanos) le seguimos en la oscuridad, mientras él sorteaba con habilidad los agujeros que esta gente excava para extraer la arena con la que fabrican sus ladrillos de adobe».

Cartelera con la programación del festival (Andrea Comas)

Acababa de empezar una chaladura que partió cuando el presidente de CEAS-Sáhara (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara) José Taboada, Pepe como todo el mundo lo conoce, y el Frente Polisario decidieron invitar al realizador peruano Javier Corcuera a que pasara la Nochevieja de 2002 en uno de los campamentos de refugiadxs. La idea original era rodar un documental sobre la situación a la que había sido relegado el pueblo saharaui por toda la Comunidad Internacional.

FiSahara_ElMundo2003

 

Maurilio de Miguel, en su artículo para El Mundo, relataba cómo se saltó de aquel proyecto documental a FiSahara, gracias a «casi una cincuentena de entidades cinematrográficas y ayuntamientos españoles». Desde el comienzo, el cine español en particular y el de la cultura en general se volcó con la iniciativa. En esta primera edición viajaron hasta el Sáhara los actores y actrices, Jorge Perrugorría, Achero Mañas, Alberto San Juan, Candela Peña, Laia Marull (ganadora aquel año de la Concha de Plata del Festival de Donosti a la mejor actriz por Te doy mis ojos), María Esteve; lxs directorxs Javier Fesser, Julio Médem, Pere Joan Ventura, Pedro Pérez Rosado, Imanol Uribe, Fernando Pérez, María Miró, Ángel de la Cruz; el mencionado guionista Paul Laverty, la escritora Rosa Regás y el músico Fermín Muguruza.

Niñxs haciendo cola para ir al cine por primera vez en su vida (Andrea Comas)

La cobertura mediática logró uno de los objetivos del festival: poner el foco informativo en la cruda realidad que vivía el pueblo saharaui. Sin embargo, no se trataba sólo de eso, sino también de llevar la cultura a una comunidad olvidada, de traer la magia del cine a quien jamás la había vivido y hacerlo bajo las estrellas. Así lo relataba Rafa Panadero desde la Cadena SER (audio superior), en cuya crónica relataba, incluso, alguna pequeña incidencia producida durante la proyeción de Al otro lado de la cama… pero esa es otra historia que abordaremos en un próximo post.