Cartel oficial de FiSahara 2016.

La XIII edición de FiSahara se desplazó al mes de octubre, conservando el campamento de refugiadxs de Dajla como sede. En el mes de mayo de 2016, cuando solía celebrarse el festival, el pueblo saharaui sufrió la terrible pérdida de Mohamed Abdelaziz, quien había presidido la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) durante cuatro décadas, dejando una huella imborrable. A él se dedicaría la mesa redonda sobre memoria y resistencia.

Y es que la edición de aquel año tuvo por lema Pueblos ocupados: memoria y resistencia. Se cumplían 40 años de la ocupación ilegal del Sáhara Occidental por parte de Marruecos y la inauguración estuvo cargada de simbolismo, haciéndola coincidir con el Día de la Unidad Nacional del Sáhara, con la presencia de quien tomaría el relevo en la presidencia de la RASD, Brahim Gali. El objetivo pasaba por contar con personalidades y películas de pueblos ocupados, desde el Kurdistán a Palestina, pasando por los pueblos indígenas de las Américas, West Papua, etc. y unir causas y luchas del mismo modo que, un año atrás, se había hecho con la Justicia Universal.

La presencia de la actriz Clara Lago contribuyó a amplificar el eco del festival en España. En declaraciones a Público, aseguraba que «la gente que provoca este tipo de situaciones está corrompida a nivel de alma. ¿Cómo se puede generar situaciones así y estar tan tranquilo porque los tuyos están bien?», añadiendo que «me da mucha rabia cómo ha actuado España con el Sáhara y como continúa silenciando este tema. Me da la sensación de que el español de a pie no sabe muy bien qué está pasando con el Sáhara y hasta qué punto somos responsables de esto hoy por hoy. Yo no lo sabía».

Otrxs activistas y representantes del mundo del cine que no quisieron perderse la cita en Dajla fueron Benny Wenda (líder del movimiento por la independencia de West Papua), Jennifer Robinson (abogada internacional de DDHH y pieza clave en el Movimiento Unido de Liberación de West Papua), Mohamed Daddach (activista Saharaui), Riham Ghazali (activista/cineasta palestina de Gaza), Osloob Abdelrahman (productor/artista palestino), Sona Tatoyan (cineasta/actriz siria/armenia/estadounidense, descendiente de supervivientes del genocidio armenio), Rokhsareh Ghaem Maghami (directora iraní), Salem Dendou (actor/director mauritano), Miguel Ángel Tobías (director), Neil Shaw (director), Arturo Dueñas (director), Hayetna Mohamed Deidi (cineasta), Brahim Chagaf (cineasta),  Sergio Sánchez (director de Ojo al Sancocho, Colombia) y Neil McCartney (director de Independent Film Trust).

Brahim Chagaf recoge el primer premio de FiSahara (Alberto Almayer)

En cuanto al palmarés, este año fue motivo de especial orgullo: Brahim Chagaf, uno de los alumnos más prometedores de la EFA Abidin Kaid Saleh, que en 2013 se había hecho junto a sus compañerxs con el segundo premio con Patria Dividida, se alzó con la Camella Blanca por Leyuad, un viaje al pozo de los versos, una poética road movie co-dirigida junto a Gonzalo Moure e Inés G. Aparicio.

El segundo premio fue para Sonita, dirigida por Rokhsareh Ghaemmaghami, que cuenta la historia de una niña iraní refugiada en Afganistán cuyo sueño de convertirse en rapera se ve amenazado por los planes de su familia de casarla con un hombre mucho mayor que ella. Especialmente emotiva fue la recogida del galardón cuando Ghaemmaghami aseguró que «este es el festival que más me ha inspirado de todos los que he conocido».

Completaría la terna de premios Gurba: la condena de Miguel Ángel Tobías, un documental acerca del conflicto que ahonda en la situación de las víctimas de minas antipersona sembradas por Marruecos a lo largo del muro de separación. Paralelamente, el Premio especial FiSahara-Eduardo Galeano, concedido por el equipo del festival, fue para la actriz Clara Lago, que se integró en el equipo y se convirtió en una voluntaria más. Asimismo, el festival otorgó el premio especial del jurado al cortometraje Out of Frame de la palestina Riham Ghazali, que cuenta la historia de dos mujeres, una fotógrafa y una activista de Gaza, que se enfrentan a los retos paralelos de trabajar como mujeres bajo ocupación.

Carteleta oficial de FiSahara 2016.

Vetusta Morla volvió al festival. 15 años atrás, la banda ya había estado en el Sáhara Occidental dando unos talleres de música en las escuelas de los campamentos de refugiadxs. Aquello marcó a nuestro querido Guille Galván, el guitarrista del grupo que se embarcó en la aventura de FiSahara desde el principio, formando parte del equipo de producción hasta 2007, cuando los compromisos con Vetusta Morla impidieron su continuidad.

Ahora se cumplía su sueño, clausurar el festival y tocar temas como Saharabbey Road, dedicado al pueblo saharaui. Una canción que nació a partir de aquellos talleres: «La canción la escribió Juanma Latorre. Nos dimos cuenta, cuando tocábamos con los niñxs saharauis en las escuelas, que todo lo que nosotros tocábamos en cuatro por cuatro, ellxs lo cambiaban a seis por ocho, el patrón fundamental en el Sáhara, en Mauritania y en Mali, en la música popular. Fue aquello lo que nos llevó a la creación de esta canción, fue más la parte musical que la letra».

Concierto de Vetusta Morla durante la XIII edición de FiSahara (Alberto Almayer)

Y allí estaban, otra vez en el Sáhara. «La vuelta era casi una deuda pendiente que veníamos arrastrando, llevábamos muchos años queriendo volver pero siempre coincidía el festival con gira o grabaciones», explicaba Guille a Cuarto Poder. «Este año estamos preparando nuevo disco, pero todavía no con una agenda muy apretada, y ya hemos terminado la gira, por lo que cuando vimos las fechas, lo tuvimos claro. No hubo que debatir demasiado, nos tiramos todos de cabeza para ir«. Lo hicieron, como después de aquel año también lo haría el ‘nuevo fichaje’ de Clara Lago, comprometiéndose con la causa en años posteriores.