Cartel oficial de FiSahara 2018.

A lo largo de la presente retrospectiva de FiSahara, de cada una de las trece ediciones que hemos venido repasando, hemos venido indicando, de una u otra manera, lo complicado que era sacar adelante el festival. A las complejidades logísticas que trae aparejado realizar una muestra de cine internacional en pleno desierto del Sáhara Occidental es preciso sumar otros condicionantes que nunca antes habían conseguido parar al festival. Hubo lluvias torrenciales e inundaciones en 2006 y FiSahara se celebró; hubo recortes económicos por la crisis e, incluso, la amenaza terrorista de Al Qaeda en 2012 y FiSahara se celebró… incluso, se mudó a Madrid en 2017 y FiSahara se celebró… pero aquel 2018, en la XIV edición del festival todo hacía indicar que no habría festival… pero FiSahara se celebró.

Las dificultades sobrevenidas en 2018 desde los más diversos frentes -ajenas al equipo del festival-,  propiciaron una tormenta perfecta cuya primera repercusión fue la cancelación de dos vuelos chárter con destino FiSahara. Todo hacía indicar que aquella XIV edición no vería la luz pero entonces, una vez más, el pueblo saharaui volvió a dar una lección. Desde el Ministerio de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y con el liderazgo organizador de la Escuela de Formación Audiovisual (EFA) Abidin Kaid Saleh, el festival salió adelante.

“Somos los hijos de los que han creado la República Árabe Saharaui Democrática en medio de la nada, sin contar con ningún medio”. Así se autodescribía -a él y al resto de sus compañerxs- Brahim Chagaf, el niño al que FiSahara había visto crecer, el mismo que había sido uno de lxs alumnxs aventajados de la Escuela de Cine y que, a esas alturas, con numerosos premios y reconocimientos a sus espaldas, se había convertido en coordinador académico de la EFA.

La misma escuela que tomaba aquel año las riendas del festival, demostrando que “hay gente cualificada y que es capaz de llevar a cabo el FiSahara”. Una edición íntegramente organizada desde los campamentos para toda la población refugiada, con la participación de invitados como Tateh Lehbib, protagonista  de El loco del desierto; Pepe Viyuela; la organización Gritos contra el Muro y el colectivo Las hijas de Saguia.

Cartelera oficial de la XIV edición de FiSahara.

Aquella escuela fundada ocho años antes con el objetivo de que fuera autosuficiente, no sólo demostró que lo era para seguir dotando a la población saharaui de las herramientas y los conocimientos para contar sus propias historias, sino que extendía su actividad organizando FiSahara porque, como decía Chagaf, “no creemos en la palabra imposible”. De ese modo, en pleno mes de diciembre, el festival echó a andar, con la asistencia de delegaciones de Argelia, España, México, Colombia o Brasil, entre otros países.

Aquel año la película Soukeina, 4.400 días de noche  de Laura Sipán, producida por el Observatorio Aragonés para el Sahara Occidental, se alzaría con el primer premio del festival. Le seguirían en la terna con el segundo premio El Loco del Desierto de Julieta Cherep, producida por ACNUR Comité Español; y el tercero para 3 Cámaras Robadas de Equipe Media y Räfilm. Además, la cinta titulada Mi Sociedad de Aicha Babait recibiría la Mención Especial.  Un festival más por y para lxs saharauis, que cerró el concierto de clausura del grupo musical de la Wilaya de Dajla.