A pesar de las complicaciones que trajo consigo 2018, las actividades que venía desarrollando FiSahara durante todo el año no cesaron. El festival contó, además, con una nueva aliada, Nomads HRC, cuya incesante actividad no se quedaba únicamente en los campos de refugiadxs, si bien es cierto que buena parte de sus esfuerzos se encaminan en esta dirección. Así, desde principios de año, a finales de febrero, FiSahara acudió a la cita la Conferencia Internacional por la Resistencia Civil Sahara Rise, celebrada en el campamento de Smara.

Conferencia Internacional por la Resistencia Civil Sahara Rise

Durante la conferencia, que congregó a más de 120 participantes representando a diferentes organizaciones saharauis y especialistas de países como Argelia, Palestina, Sudáfrica, Suecia, Túnez, Alemania, Estados unidos, España y Dinamarca, los trabajos se enfocaron en la elaboración de una estrategia de resistencia para poner fin a la ocupación marroquí. Entre estos participantes, destacaron figuras como la activista sudafricana Magdalene Moonsamey, que compartió su experiencia de la lucha sudafricana contra el régimen del Apartheid; o Mahmoud Nawajaa, coordinador del movimiento de BDS de Palestina, que hizo lo propio con la experiencia palestina.

Llegó abril y, como cada año, FiSahara acudió a la cita del Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, donde se procedió al sorteo de dos viajes a FiSahara entre lxs 150 jóvenes que participaron como Jurado Joven en la muestra. Además, el público tuvo oportunidad de ver el documental 3 cámaras robadas, realizado por Equipe Media y Räfilm, que narra la historia de cómo los miembros del grupo de video activistas saharauis, luchan por mantener sus cámaras. Equipe Media junto otros colectivos mediáticos, juegan un papel crucial a la hora de romper la censura marroquí, transmitiendo imágenes únicas desde los Territorios Ocupados, donde el régimen marroquí viola sistemáticamente los DDHH al amparo del bloqueo de medios casi total que ejerce.

María Carrión durante el evento celebrado en Buenos Aires.

Semanas después y como ya sucediera en 2017, el festival viajó al otro lado del Atlántico hasta llegar a Buenos Aires (Argentina), donde tuvo lugar el evento Cinema Without Borders Latinoamérica, auspiciado por Movies That Matter, con el que se desarrollaría un taller de cinco días sobre cómo organizar un festival de cine de DDHH. Le seguirían más participaciones, como la reunión anual de Festivales de Cine y DDHH (HRFN) en Amsterdam, si bien uno de los platos fuertes del año fue el estreno del programa Democracy Now! sobre el Sáhara Occidental. Aquella acción tendría una repercusión internacional que sería recibida por toda la comunidad saharaui como un soplo de aire fresco antes una Comunidad Internacional estancada.

Y no sería el único empuje, porque también a finales del año, apenas unos días antes de la celebración de FiSahara, volvería a producirse un hito histórico: pese a las reticencias de Hamas, por primera vez en el Red Carpet Human Rights Film Festival de Gaza se proyectaría una película de temática saharaui: sería la exitosa 3 cámaras robadas (foto de encabezamiento).

Asimismo, el compromiso con la formación continuó extendiéndose, con una nueva beca de cine gracias al Colegio Chaminade y el ICM, sin olvidar un convenio de colaboración suscrito con la Asociación de Amigos y Amigas de la RASD de Álava, en virtud del cual se convocaba un concurso de guiones cuya temática estaba centrada en el agua. El guión ganador de este concurso Saharaz Blai sería rodado en los campamentos con la colaboración de la EFA Abidin Kaid Saleh, proyectándose en la siguiente edición de FiSahara.

Elena Molina sería la ganadora, rondando su corto Laatash durante una semana en los campamentos, en estrecha colaboración con los comités de mujeres y con la colaboración del gobierno de la RASD, proyectándose un año después durante FiSahara 2019.