Cerca de un millar de personas han disfrutado de la 3ª edición de FiSahara Madrid, celebrada del 15 al 17 de diciembre, que se ha convertido en el epicentro de las denuncias de activistas saharauis venidas para la ocasión desde el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos. Tres sillas vacías acompañaron a Aminetu Haidar (Nobel de Paz alternativo), Sultana Jaya (premio de DDHH APDHE), ElGhalia Djimi (Premio Pimentel Fonseca) y Mina Baali (co-autora de Que salga todo a la luz: Violaciones de los derechos humanos de las mujeres en el Sáhara Occidental ocupado) en el homenaje que les ha rendido el festival. Los tres espacios vacíos correspondían a sus compañeras activistas Salha Boutanguiza, Luara Jaya y Mahfouda Lefkir, a las que no se ha permitido viajar desde Territorios Ocupados por la negativa del gobierno español a concederles ni siquiera una cita para obtener un visado.

Esta no ha sido la única denuncia expuesta durante esta edición cuyo lema era ¡Descolonicemos! y que proyectó cintas tan duras como Insumisas (Laura Dauden y Miguel Ángel Herrera) y Wangala (Samuel Nacar y Pau Coll): Una contundente Haidar ha revelado que, tras muchos años, el Gobierno de España le ha retirado ahora el permiso de residencia en el país. Después de que sus compañeras compartieran con el público sus durísimas historias personales sobre las violaciones de derechos humanos que han sufrido a manos de las fuerzas ocupantes marroquíes a lo largo de décadas, Djimi ha denunciado la candidatura de Marruecos a presidir el Consejo de DDHH de Naciones Unidas y ha anunciado que la sociedad civil saharaui ha activado una campaña para impedirlo. “Cuando las defensoras acudimos a la propia ONU con nuestras denuncias, sufrimos represalias por parte de Marruecos; que Marruecos presida el Consejo de DDHH que tramita estas peticiones sería como poner al lobo a cargo de las ovejas, aseguró Djimi.

Además de escuchar los desgarradores testimonios de las mujeres, el público pudo disfrutar del estreno mundial de un proyecto único de artivismo: Jaimitna (Nuestra Jaima), una iniciativa itinerante, multimedia, feminista y descolonizada surgida de la colaboración entre FiSahara, el Comité Noruego de Apoyo al Sáhara Occidental y un colectivo de mujeres activistas saharauis, así como artistas, arquitectas, periodistas y cineastas. Jaimitna es una jaima tejida en su interior con las 19 melfas (vestido de mujer saharaui) de defensoras de los derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado, con códigos QR que contienen las 19 historias, narradas a través de entrevistas personales con la periodista saharaui Asria Mohamed, creadora de Jaiminta.

El impacto de la crisis climática sobre los campamentos saharauis, la exclusión del pueblo saharaui en las cumbres climáticas mundiales y el lavado verde marroquí en el Sáhara Occidental protagonizaron una sesión en la que se proyectó la película DESERT PHOSfate, realizada por el artista saharaui Mohamed Sleiman Labat y que retrata la enorme resiliencia y capacidad de adaptación del pueblo saharaui a los fenómenos climáticos extremos. En el coloquio posterior, la activista climática Yaguta El-Mokhtar denunció que a pesar de acudir acreditada por UN Women a la Cumbre del Clima de Dubái (COP28), las autoridades la retuvieron en París e impidieron que asistiera a la cumbre. En el coloquio participó la activista Asria Mohamed, que pudo acudir a la COP26 de Glasgow, y el director de la película Mohamed Sleiman Labat. Denunciaron cómo Marruecos lleva a cabo un lavado verde (greenwashing) de su ocupación ilegal del Sáhara Occidental presentando en este tipo de foros proyectos desarrollados en el territorio y recibiendo ilegalmente millones de la ONU para llevarlos a cabo, según denunciaron los activistas. “Las voces saharauis son silenciadas por la ONU en estos foros, cuando sufrimos los efectos de la crisis sin haber contribuido a ella y a pesar de que el gobierno saharaui, la RASD, ya creó en 2021 su plan climático y solicitó ser incluido en las cumbres, denunciaron.

Abdulah Arabi y María Carrión durante la inauguración de FiSahara Madrid. (Ana Valiño & Abi Alberto)

El comercio opaco de armas de España a Marruecos, la guerra entre el Frente Polisario y Marruecos silenciada desde que Marruecos rompió el alto el fuego en noviembre de 2020 y el drama de las minas antipersona que el régimen alauita ha sembrado a lo largo de los 2.700 kilómetros del muro que divide el Sáhara Occidental fueron otras de las temáticas abordadas tras las proyecciones de Pequeño Sáhara (Emilio Martí), premiada en diversos festivales internacionales y realizada con la colaboración de niños saharauis, y El Fuego Escondido (Sergio Rodrigo).

Tendiendo puentes con Palestina

FiSahara Madrid dedicó su sesión de clausura, De Gaza a El Aaiún: Cine contra la ocupación, a tender puentes de solidaridad entre el pueblo palestino y el saharaui en un momento en el que la cifras de muertos en Gaza supera las 20.000 personas. Junto con su socio palestino, el festival de cine y derechos humanos Red Carpet Gaza, cuyo equipo ya ha perdido a decenas de familiares en los bombardeos israelíes, la sesión proyectó dos cortometrajes, uno de Gaza y otro del Sahara Occidental, ambos narrando historias de mujeres bajo ocupación.

Moderado por la periodista de RTVE especializada en Oriente Medio, Cristina Sánchez, el coloquio posterior reunió a la directora ejecutiva de FiSahara María Carrión, el representante en España del Frente Polisario Abdulah Arabi, la activista palestina de BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) Maryam Salem que también trabaja en cooperación cultural con el Sahara Occidental y el artista de origen palestino Marwán. Todos llamaron a tender puentes entre ambos pueblos para luchar contra las potencias ocupantes, Israel y Marruecos, que colaboran entre sí política y militarmente para estos fines. Arabi denunció el “doble rasero” del gobierno español que por un lado denuncia los bombardeos y la ocupación israelí del pueblo palestino “y por el otro lado apoya al ocupante marroquí en el Sáhara Occidental”.

Esta emotiva sesión destacó cómo el arte y la cultura sirven para romper los muros de silencio que durante tanto tiempo han servido para invisibilizar y separar ambas causas en el contexto de ocupaciones similares que vulneran desde hace décadas la legalidad internacional. Y concluyó que mientras que el pueblo saharaui conoce bien al palestino, los palestinos apenas saben sobre los saharauis, el cine, el arte y la cultura pueden transformar esta realidad.

“Los temas que FiSahara Madrid ha tratado son de vida o muerte y esta edición ha sido la más combativa que jamás hemos realizado porque no hay tiempo que perder”, valora Carrión. “Ante las ilegalidades, las injusticias y las atrocidades que Marruecos comete a diario contra el pueblo saharaui con la complicidad y el silencio de España y de Occidente, FiSahara ha colocado su altavoz en el epicentro de la capital para que activistas, militantes y artistas saharauis, acompañados por el mundo del cine y la cultura en España, digan bien alto: NO PASARÁN”.  “Y eso seguiremos haciendo desde los campamentos en la 18ª Edición de FiSahara, del 29 abril al 5 de mayo de 2024, concluyó Carrión.