Entramos en la recta final de nuestra retrospectiva de FiSahara, que arrancáramos con la primera edición de 2003 y que culmina con la XV edición celebrada del 15 al 20 de octubre de 2019, en esta ocasión, abandonando el campo de refugiadxs de Dajla después de tantos años para cambiar al de Ausserd, donde se había realizado en 2005. Una edición en la que las personas con discapacidad, ya sea cognitiva o física, cobraron un protagonismo muy especial, siendo la primera ocasión en la que la muestra abordaba la discapacidad y la inclusión en su programa.
Este enfoque se plasmó no sólo en la participación de los actores Jesús Lago y Alberto Nieto, protagonistas de la película Campeones, sino con el acuerdo suscrito con Grupo AMÁS, que realizó una donación de material educativo-artístico para las escuelas de los campamentos. A ello hay que unir, además, la implicación en el festival de la cantante Rozalén que, junto a su intérprete en lengua de signos, Beatriz Romero, realizaron actividades de musicoterapia durante la segunda edición de Un Micro Para el Sahara , y clausuraron la edición de FiSahara por todo lo alto junto al Colectivo Panamera.
Así se confirmaba lo que siempre había defendido el festival y que el responsable de Cine del Ministerio de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Omar Ahmed, remarcaba durante la inauguración: «el FiSahara es mucho más que un festival ya que trae también actividades a los campamentos y da visibilidad a la situación del pueblo saharaui». Lago y Nieto y el largometraje dirigido por el amigo de FiSahara Javier Fesser fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida de cinco días de fiesta cultural y reivindicación de los Derechos Humanos (DDHH) y, más concretamente, de la causa saharaui.
Rozalén, que ese mismo año encabezaría la manifestación en Madrid en protesta por los 44 años de la Marcha Verde, sería uno de los últimos fichajes combativos , declarando a Telecinco que «lo importante es dar visibilidad a la causa saharaui y animar a la gente joven a informarse de la historia de este pueblo y saber cuál es la culpa del Gobierno español. Y también saber que la población española es pro-saharaui. Es un pueblo que amamos y queremos que salga de esta injusticia porque vivir aquí no es bonito». Un activismo que le llevaba a remarcar que «es importante que nos quejemos de esto como ciudadanos porque tenemos culpa».
La lista de representantes del mundo de la cultura que acudieron a la cita se completó con nombres como Brahim Laajiel (activista y periodista de Equipe Media), Abdeslam Omar Lahsen (presidente de AFAPREDESA), Allende López (coach, gestora cultural y directora de Cultura del Grupo AMÁS), Ainhoa Pérez (coach y responsable del grupo profesional de artes escénicas AMÁS Escena, programa del Grupo AMÁS), Miguel Ángel Aladrén (actor de la película El Olivo), Amparo Climent (actriz, directora, guionista) y Nacho Taboada, del grupo Colectivo Panamera.
En cuanto al palmarés, Campeones de Javier Fesser se alzó con el primer premio en la categoría de Película Internacional, siendo Diáspora en el Sáhara de Néstor Suleiman la que fue reconocida como Mejor Película de Temática Saharaui. Asimismo, la Campaña “Heridas abiertas” de Equipe Media y Saharawi Voice obtuvo el Premio especial a Producción Saharaui.
La familia FiSahara crece y crece y el año pasado el apoyo y empuje del colectivo Un Micro para el Sáhara fue importantísimo. Ya lo había sido en las semanas previas al festival, cuando consiguió reunir en La Rivera de Madrid a Rozaléz, Amparo Sánchez, Rocío Márquez, Carmen Boza y Suilma Aali en un concierto solidario Ellas por el Sáhara para recaudar fondos. Pero es que además, fue gracias a este colectivo, nacido en octubre de 2017, y al equipo de producción saharaui como llegaron las noticias al otro lado del desierto, pues los visados para medios como Público, TVE o la Cadena SER entre otros fueron denegados a última hora, quedándose en tierra.
Estxs periodistas de Un Micro para el Sáhara, que ya se encontraban en los campametos de refugiadxs, superaron las adversidades y sirvieron el material necesario a sus colegas para poder realizar las coberturas de un evento tan importante para el pueblo saharaui. Esa es la magia y el espíritu de FiSahara: crecerse en los momentos más complicados, como el pueblo saharaui.