Hablar de FiSahara es hablar de solidaridad, no sólo por parte del festival sino, muy especialmente, hacia él… siempre con el objetivo común de continuar luchando por la causa saharaui. Gestos solidarios que se dan tanto con los patrocinadores directos como con quienes, como Pallasos en Rebeldía, volvieron a montar en 2014 un Festiclown Rivas Gala Solidaria por el Sáhara para recaudar fondos.
La financiación escaseaba y los frentes se multiplicaban porque 2014 sería, definitivamente, el año en que FiSahara se abriría al mundo. Su reorientación como festival de Cine y Derechos Humanos (DDHH) congregó a auténticas personalidades en este campo que, de manera desinteresada, volcaban su conocimiento y experiencias con el pueblo saharaui. Así, en 2014, pudimos disfrutar del taller de Activismo Audiovisual y Derechos Humanos en el que Youness Belghazi (marroquí, cineasta, miembro del Colectivo Guerrilla Cinema); Salma Shamel (egipcia, editora y diseñadora gráfica, miembro del colectivo Mosireen); Salma Said (egipcia, miembro del colectivo Mosireen) y Nahla Mohaker (sudanesa, cineasta y formadora audiovisual de WITNESS) se centraron en el uso de las herramientas audiovisuales para documentar, informar y denunciar sobre las violaciones de los DDHH.
Otros, como David Riker, guionista estadounidense del documental nominado al Oscar Dirty Wars, y el profesor macedonio en el departamento de Cine de la Universidad de Nueva York Mitko Panov, impartieron una clase magistral al alumnado de la Escuela de Cine Abidin Kaid Saleh sobre dirección de actores no profesionales, así como sobre el proceso de escritura de guion.
Con su adhesión un año antes a la Human Rights Film Network, FiSahara tejió lazos internacionalmente con otras causas en defensa de los DDHH y otros festivales. De esta manera, el festival amplificaba su onda expansiva y no solo se celebraba una vez al año atrayendo el foco informativo a la causa saharaui, sino que el resto del año llevaba la voz a diferentes rincones del mundo. Aquel año, FiSahara participó en el Foro Social de Rototom (septiembre) y un mes después, nuestra directora ejecutiva María Carrión, viajaba hasta Bujumbura (Burundi), donde el Sahara entró a formar parte de la red Video4Change África de WITNESS, y participamos en un encuentro entre representantes de festivales de cine, organizaciones de DDHH, escuelas de cine y otros colectivos de la región de los Grandes Lagos que utilizan el vídeo como herramienta de transformación social.
Aquel mismo mes de octubre, FiSahara también llevaría la causa saharaui al Festival de Cine y DDHH de Nápoles, codeándose con otras organizaciones culturales de países mediterráneos; cerrando el año en Amman (Jordania), cuando en el marco del Karama Human Rights Film Festival, participó en el taller de Cinema Without Borders organizado por Movies that Matter enfocado para participantes de la región MENA (Oriente Medio y Norte de África).
Y aunque cronológicamente correspondería haberlo citado antes (fue en septiembre), hemos querido dejar para el final a nuestro querido Festival Internacional de Cine de San Sebastián (Zinemaldi), con quien hacía años que FiSahara ya guardaba una relación muy especial. Por eso, coincidiendo con su celebración, el festival montó una haima en plena zona del Boulevard y se proyectaron cintas ya exhibidas en la Pantalla del Desierto, como Señor G, del Colectivo Canario Gran Angular, rodado con niños y niñas saharauis en el marco del FiSahara, y Separated, de Natalie Hala, un documental que refleja la marginación y el aislamiento de la población en el Sahara, Palestina y Eslovaquia. En aquel marco incomparable se realizaría la presentación de la edición del año siguiente (2015), a la que dedicaremos amplia cobertura en próximos artículos.