2006 fue un año de lluvias torrenciales. Aquel mes de febrero trajo días sin fin de precipitaciones en Tindouf que provocaron inundaciones en los campamentos de refugiadxs que no se recordaban desde 1994. Las primeras estimaciones de la Media Luna Roja saharaui apuntaba a daños en el 50% de las estructuras de los campos y más de 12.000 familias sin hogar, sin sus haimas, pasando las noches en montículos por temor a las inundaciones. Ante aquella situación, pese y por tal adversidad, FiSahara se hacía más imprescindible. «Este año es más necesario que nunca celebrar el festival», declaraba su codirector  Javier Corcuera a El Mundo. Y FiSahara se hizo realidad del 4 al 9 de abril de 2006, demostrando una vez más la ilusión, el esfuerzo y sacrificio del pueblo saharaui, así como la solidaridad del español (foto superior de Leonardo Faccio).

Cartel oficial de FiSahara 2006.

Manteniendo su carácter itinerante para llevar la magia del cine a todos los campamentos, la edición de aquel año se celebró en El Aaiún. La estructura de madera que otros años propiciaba la Pantalla del Desierto fue sustituida por una gran pantalla de cemento, al aire libre, permitiendo disfrutar de las proyecciones bajo las estrellas. Allí se dieron cita saharauis llegadxs de todos los campamentos, para los que FiSahara se iba convirtiendo en uno de los eventos más esperados del año.

Pantalla del Desierto (Leonardo Faccio).

Aquella edición estuvo dedicada a Cuba, que fue el país invitado porque, como vimos en el repaso a la edición de 2003, es un país con el que el pueblo saharaui ha guardado siempre una estrella relación. No en vano, ya entonces hacía tres décadas que miles de jóvenes saharauis estudiaban en la isla caribeña gracias a las becas concedidas por el Gobierno de La Habana.

Cartelera de FiSahara 2006.

De este modo, no sólo se proyectaron producciones y coproducciones cubanas, como Habana Blues, Guantanamera, Fresa y Chocolote o Lista de Espera, sino que para presentarlas se unieron a la cita actores como Vladimir Cruz y Roberto Sanmartín o actrices como Yoima Valdés. Junto a ellxs, el mundo de la cultura volvió a mostrar su apoyo con la participación de Eduardo Galeano, Emma Suárez, Adriana Ozores, Jaime Chavarri, Ángel de la Cruz, Roger Comas, Goya Toledo, Irene Visedo, María Valverde, Beatriz Rico, Carlos Bardem y Carmen de Miguel Conde.

El actor cubano Vladimir Cruz junto al presidente de la RASD Mohamed Abdelaziz (Ángel Trotter)

Precisamente Vladimir Cruz fue reconocido como el mejor actor, mientras que la coproducción germano-mongola La historia del camello que llora fue la que se alzó con la camella blanca según el fallo del jurado popular saharaui. Asimismo, recibieron mención Desalmados, el cortometraje de Pablo Álvarez proyectado fuera de concurso y que constató de nuevo la apertura de mente y madurez de la sociedad saharaui, pues la cinta relata la historia de un emigrante marroquí que acusa el rechazo racista en España. Aquella edición depararía más sorpresas, marcan un hito en su propia historia.