La energía del festival

«Persy, de 38 años, desactivó su última mina junto al muro del Sáhara Occidental, en el área de Bir Lehlu. Doce horas después, atravesando como alma que lleva el diablo casi 400 kilómetros de desierto pelado, estaba con los ojos como platos frente a la Gran Pantalla del Desierto, viendo ‘También la lluvia’ a un metro de su protagonista, Luis Tosar». Así arrancaba una de sus crónicas Nacho Para en GuinGuiBali, transmitiendo en unas pocas líneas la magia de FiSahara, de lo que representa para el pueblo saharaui.

Precisamente Luis Tosar era entrevistado por Javier García para la Agencia EFE y, aunque admitía que «hasta que no estás aquí no eres consciente de que te encuentras en un campo de refugiadxs, con gente desplazada a muchísimos kilómetros de lo que eran sus hogares», reconociendo que «da mucha pena», también subrayaba que «te encuentras con la energía del festival, con muchas personas que vuelven al campo para reencontrarse con sus familias». El actor gallego aseguraba que «la energía está muy arriba y supongo que tendrá que ver con las revueltas que se han producido en los últimos tiempos en los países árabes, que habrán traído un cierto clima de esperanza respecto a la posibilidad de un cambio en este lugar».

Bastagli durante la comparecencia ante los medios de comunicación (D.Bollero)

Unos días antes, el ex representante de la MINURSO, Francesco Bastagli, presente en el FiSahara, había comparecido ante los medios, afirmando rotundamente que el conflicto del Sáhara Occidental «no es un problema de Derecho Internacional. En términos jurídicos no hay ningún país, incluido Francia, que no haya reconocido la ocupación ilegal de los territorios saharauis por parte de Marruecos«. Desde su punto de vista, la disyuntiva reside en «los intereses de ciertos países que controlan las esferas de poder. Hay un monopolio sobre el conflicto del Sáhara Occidental, dos o tres naciones que están muy alineadas con los intereses de Marruecos, y por parte de los demás actores internacionales hay demasiada indiferencia«.

La Sala Gazela, una de las habilitadas para poder ver cine a cubierto durante el día (D.Bollero)

Carlos Bardem, por su parte, era mucho más específico: «Nuestro Gobierno es responsable directo de que haya 200.000 personas tiradas en lo más duro del desierto». El actor español no podía ser más claro en su entrevista a ABC: «me gustaría que nuestrxs dirigentes intentaran estar a la altura de sus ciudadanxs con el Sáhara. Porque es impresionante y, año tras año lo ves cuando vienes aquí, que esta gente sigue aquí, sobre todo, gracias a la generosidad y solidaridad de ciudadanxs y asociaciones españolas. Y eso, es un problema en el que tenemos una responsabilidad directa, que hemos generado nosotrxs junto con lxs marroquíes y con lxs franceses«.

Asociaciones como Médicos del Mundo, que durante aquella VIII edición del festival estrenaron su reportaje Naghga Embarka (Llanto de buena suerte, en hassanía), que relata los avances en la situación de salud materno infantil que se han producido en estos últimos años en los campamentos de personas refugiadas saharauis de Tinduf.

Destellos de luz en la oscuridad, como los que de nuevo trajeron los talleres a las dunas. En FiSahara 2011 se impartieron los de Cine con Valores con Ainhoa Marín y Diana Navas (Asociación Imago); Cámara para Documentales con Raúl Bartolomé; Producción con Alberto Valhondo; Edición con Miguel Muñoz Baeza; Creación de un Corto de Ficción con la Asociación Gran Angular; y Técnicas de Producción de Programas de Radio con los alumnos de la UMA  (que repetían FiSahara) Cristina Tallón, Sergio Rodrigo, Andrés Burgos, Lorena Áviles y Félix Moral.

FiSahara 2011 llegó a ediciones rusas de publicaciones como Newsweek o Maxim.

Y si hace unas semanas destacábamos a La Claqueta, hoy hemos de mencionar al colectivo canario Gran Angular, cuya participación en 2011 fue la tercera ocasión en que viajaban hasta Dajla para impartir su taller. Agustín Domínguez, Carmina Rodríguez, Ana Peña e Isaac Segarra descubrían la magia del cine a lxs más pequeñxs (8-12 años) del colegio Sidi Haidug. Domínguez declaraba a Canarias7 que su deseo era «que disfruten del cine y, a su vez, descubran cómo se lleva a cabo una película en formato digital».

Carlos Bardem, rodeado de sus compañerxs, anunciando la donación (D.Bollero)

Así fue como desde 2005, cuando arrancó este tipo de talleres en la II edición, comenzó a gestarse en los mismos campamentos la futura cantera de cineastas que aquel 2011 podrían comenzar a disfrutar la Escuela de Formación Audiovisual  (EFA) Abidin Kaid Saleh, inaugurada un año antes.

En 2011, durante la visita que realizó la expedición internacional a la Escuela, Carlos Bardem anunciaría la donación de 10.000 euros por parte de su hermano Javier, procedentes del Premio Nacional de Cinematografía que recibió en 2008, para ayudar al arranque del curso lectivo que arrancaba el siguiente mes de septiembre. Una noticia que fue recibida con mucha alegría, especialmente del alumnado que tachaba los días para el inicio de las clases.

Ya durante la visita pudo constatarse que el esfuerzo realizado cobraba forma, que el equipamiento, no sólo técnico, sino mobiliario, etc. estaba llegando a las instalaciones, procedente de donaciones, de movimientos solidarios, de colegios en España que renovaban sus pupitres… (fotogalería inferior)

Y con todo, quienes regresaban a casa finalizado FiSahara siempre marchaban con la misma sensación que describía Carlos Bardem: «Me siento un poco ladrón, porque por muchas cosas que traiga (material escolar, medicinas, alimentos…) siempre me llevo mucho más, la generosidad de esta gente que, sin tener nada, te lo entrega todo. Tienen unos valores morales que son muy importantes para la vida. Me aporta lecciones muy útiles a nivel individual y colectivo,  ejemplos de coraje, de dignidad, de voluntad de lucha, y creo que a todxs nos iría mucho mejor si luego fuéramos capaces de aplicarlas en nuestros propios países».