No es que previamente no lo hubiera hecho antes, pero la frenética actividad realizada desde FiSahara acentuó aún más su salto como altavoz de la causa saharaui al otro lado del Atlántico. Los fuertes lazos con países latinoamericanos, las becas de cine de Cuba y sus cubarahuis o la ediciones del festival dedicado a la isla caribeña en 2006 o a Venezuela en 2011 son buenos ejemplos del trabajo previo. Sin embargo, en 2017 la presencia e implicación todavía fue aún mayor.
FiSahara viajó hasta Nueva York para participar en un evento dedicado al Sáhara Occidental en el que tuvo lugar la presentación de proyecto Watching Western Sahara – Human Rights and Press Freedoms in the Last Colony in Africa. El acto tuvo lugar en el Roosevelt House Public Policy Institute y contó con la colaboración de representantes de la talla de Amy Goodman (Democracy Now!), Madeleine Bair, (Watching Western Sahara), Sandra Lynn Babcock (Cornell University), Mohammed Ali Arkoukoum (Asociación Saharaui de Nueva York), Katlyn Thomas (Colegio de Abogados de Nueva York) y Eric Goldstein (Human Rights Watch).
Un salto de calidad que también tendría reflejo en el Cono Sur, concretamente, en la participación de FiSahara en el Festival Ojo al Sancocho en Ciudad Bolívar de Bogotá (Colombia) del 8- al 13 de septiembre (foto de encabezamiento), con el que se había estrechado la relación un año antes, durante FiSahara 2016. Allí en la capital colombiana, en asociación con la Escuela Popular de Cine y con la presencia del delegado del Frente Polisario, tuvo lugar el coloquio El cine saharaui y la autodeterminación de un pueblo, y se pudo disfrutar de una muestra audiovisual y exposición fotográfica.
La directora ejecutiva de FiSahara, María Carrión, en su incesante búsqueda por extender los lazos de colaboración, aprovechó el viaje para reunirse con el Fondo Cinematográfico del Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía (CNACC) de Colombia, dependiente del Ministerio de Cultura de Colombia, para explorar nuevas vías de cooperación.
A este periplo americano hay que sumar el europeo, puesto que además de acudir al cita anual de la Red Internacional de Festivales de Cine y DDHH (Human Rights Film Network), Fundación Bertha, Fundación Prince Claus y Solar Cinema en Amsterdam, el festival también estuvo presente en el Festival de Cine y DDHH Oslo Human Rights Human Wrongs (Noruega), durante el cual se proyectaron las películas The Runner y La Badil, así como el Making of de FiSahara y tuvo lugar una mesa redonda en la que participaron Erik Hagen y Asria Mohamed (Western Sahara Resource Watch), el deportista saharaui Amaidan Salah (protagonista de The Runner) y la propia María Carrión, consiguiendo sensibilizar a la sociedad noruega sobre el conflicto en el Sáhara Occidental a través del cine.
Asimismo, no podemos olvidar nuestro paso por el Festival de Cine y DDHH de Praga One World, en cuyo jurado estuvo Carrión y durante el cual se proyectó el documental News from Laayune de Ðuro Gavran; o nuestra participación en Talents Beirut (Líbano), un programa apoyado por Bernilane Talents y Berlinale (el Festival Internacional de Cine de Berlín), que persigue fomentar la programación creativa, trabajando con profesionales de Sudán, Argelia, Palestina y otros lugares de la región. Aquella cita sirvió, además, como toma de contacto con la Red de Pantallas Árabes Alternativas (Network of Arab Alternative Screens (NAAS).
El vínculo con Donosti siguió más vivo que nunca, con la participación en el Festival de Cine y DDHH de Donosti en abril, así como en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en septiembre. Si en la primera de las citas se proyectaron Fusiles o pintadas. La lucha no violenta del pueblo saharaui de Jordi Oriola , Palabras de Caramelo de Juan Antonio Moreno Amador y el Mundo de Embarka de Raúl San Román Otegi; en la segunda se hizo lo propio con Kafana (Basta ya) de Juan Antonio Moreno y Silvia Venegas.
Completarían la actividad nacional la participación en la Mostra Viva del Mediterrani (Valencia) como miembro del jurado en la sección de Cortometraje y proyectando con posterior coloquio El grito de Gdeim Izik, de Hayetna Mohamed Deidi, así como la participación en los cursos de verano de la Universidad Rey Juan Carlos I (URJC) con el debate Miradas saharauis: derecho, cultura, sociedad y política, en la que María Carrión compartió mesa con Bahia Mahmud Awah, Juan Ignacio Robles y Juan Carlos Gimeno.
Las exposiciones de fotografía también jugaron un papel fundamental aquel año: si en FiSahara Madrid Sergio R. Moreno ya nos había deleitado con su obra, unos meses atrás (febrero) ya había tenido éxito de público con su expo Dajla, refugiadxs en el Sahara, a la que acompañó una mesa redonda. La iniciativa fue obra de El Espacio y Asociación Vecinal Puente de Vallekas y contó con la participación de Mauricio Valiente (tercer teniente de Alcalde de Madrid y coportavoz de IU Madrid) , María Carrión (FiSahara), un representante del Frente Polisario y José Taboada (presidente de CEAS-Sahara).
No sería la única exposición, puesto que en el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) también podría disfrutarse de la exhibición Provincia 53, arte, territorio y descolonización del Sahara Occidental, una muestra gráfica y audiovisual de los 13 años del festival y documentales de temática saharaui. Un año muy completo en el que veríamos con orgullo cómo gracias al apoyo del Colegio mayor Chaminade y becado por el ICM de Madrid, el joven saharaui Sidahmed Salek comenzaría su curso académico de Cine 2016-2017.